Este invierno mi regalo de reyes se anticipó: ¡UN VIAJE A PARÍS! ¡Qué divertido!
En cuanto pude, preparé la maleta y ¡listo! Ya podía irme.
Pensaba que lo iba a pasar mal en el avión debido al vértigo y la claustrofobia que tengo; pero todo lo contrario, me encantó.
Miraba el cronómetro de mi reloj deseando llegar, hasta que por fin, aterrizamos.
La casa en la que nos hospedamos era requetepreciosa y se encontraba justo al lado de un supermercado
Finalmente pude salir a la calle y ver París ¡Era extraordinario! Monumentos preciosos, gente amable todo el tiempo que pasamos en el subsuelo ,con el metro... me lo pasé muy bien, aunque gasté mucho.
Tristemente llego el día de marcharnos, revisamos el equipaje y partimos hacia el aeropuerto.
Oh, París has sido increíble nunca te olvidaré.
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